Los tipos de hambre



Aunque parezca increíble, esa sensación que nos despierta el apetito y que nos obliga a ingerir alimentos ya sea a las horas adecuadas para el desayuno, almuerzo o cena; o porque se nos pasó la hora de la comida, simplemente la llamamos hambre. Pero, ¿qué pasa cuando llegamos a sentir hambre y ya hemos comido, o creemos sentir hambre? Pues, resulta que existen varios tipos de hambre y se las explicaremos.
Apetito por los ojos: Es cuando deseamos comer el alimento al experimentar solo con verlo. Son muchas las investigaciones que han demostrado que la vista es muy potente a la hora de influir en el comportamiento alimentario e incluso puede anular todas las demás señales de saciedad.
Hambre por los aromas: De manera continuada estamos expuestos a aromas de alimentos tentadores, como el del pan recién horneados, el del café recién hecho o el de las palomitas de maíz. Los expertos coinciden en la importancia de tomar conciencia de la situación: pararse antes y pensar si de verdad se tiene hambre.
Hambre o ansia oral: Es el tipo de hambre que experimentan quienes tienen la necesidad de probar constantemente nuevos sabores y texturas, especialmente aquellas personas quienes presentan problemas para distinguir olores, o sabores, por fallas en las papilas gustativas o en las fosas nasales.
Hambre de estómago: “Tengo ataques de hambre” es una frase que refleja este tipo de apetito, que conduce a comer más y de una manera desmedida. En estos casos, es importante dar pautas y enseña técnicas de control de la ingesta para distinguir y no confundir la sensación de ansiedad con el hambre. ¿Tengo realmente hambre o en realidad es apetencia por algún sabor o por algún alimento en concreto?
Hambre corporal: Este tipo de hambre como la necesidad orgánica de ciertos nutrientes que se ve referida como la querencia por comer alimentos muy concretos: chocolate, zanahorias, almendras, el cuerpo lo pide para funcionar de manera óptima, aunque la mayoría de nosotros hemos perdido la capacidad de oír lo que nos está pidiendo, ya que popularmente estos comportamientos se identifican como antojos.
Hambre mental: El poder de la mente es inmenso, y es el responsable en gran medida de nuestro comportamiento alimentario. La doctora Bays traslada una reflexión muy interesante, que es que cuando comemos en base a los pensamientos, nuestra alimentación se basa por lo general en la preocupación, lo cual nos puede conducir a comer demasiado sin justificación, o todo lo contrario.
Hambre Emocional: Es el tipo de hambre que se siente ante un vacío sentimental, comer por compensar un dolor o un vacío, para sentirse lleno, sentir un tipo de bienestar.
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Autor aLe

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