Moikishii: Un payaso que se toma la vida muy en serio (+Fotos)

Moikishii. (Foto: William Ceballos).

Se le puede ver en cualquier parte, tiene una espigada figura cargando siempre con él una maleta con toda su vida allí adentro. Se ve ir y venir, su nombre artístico es Moikishii (significa sin cabello en la lengua wayúu), es un hombre que biológicamente pasa el medio siglo de vida, pero que se siente como de cinco.

Se trata de un personaje que toda su vida la dedicó al “circo de calle”, ese circo que él llama más humano porque no se utilizan animales para animar, pues aquí, el hombre es el único animal que hace reír.

Su verdadero nombre es Reinaldo Sánchez, él asegura que si volviera a nacer sería payaso nuevamente. “Me tomo la vida muy en serio y me gusta hacer reír a la gente, la vida es muy corta para andar amargado, los problemas uno no los debe dejar acumular ni que se adueñen de tu alma. Siempre hay una solución que sólo se ve cuando estamos calmados. La vida en si ya es un regalo, ríase de usted mismo y todo será mejor”, dijo.

Su característico nombre lo adquirió durante una presentación ante niños wayúu, en la Guajira, alquitarse el sombrero tenía un peluquín desteñido, pues es calvo, los niños se rieron mucho y decían ′Moikishii, Moikishii′, y así se bautizó.

Su camerino es cualquier lugar, en la maleta lleva todo lo necesario como el maquillaje, ropa yaccesorios. Se cambia de ropa allí mismo, no necesita ni probador, ni baño. Su transformación se hace en minutos, la práctica de tantos años le permite darse ese lujo.

Nos tropezamos con él por casualidad en la Plaza Bolívar, pues donde hay un grupo reunido, allí va a dar Moikishii, y allí estaba él, abrió la maleta y en un viejo portamaquillaje tenía lo necesario para transformarse, allí comenzó la magia y mientras tanto, hablaba de lo bella que es la vida y un poco de su historia.

“Yo soy payaso de calle desde hace 35 años, porque el circo de calle es muy fácil, uno hace un espectáculo donde vos queráis. Mi primera actuación fue de Niño Jesús, mamá me contó que un día me prestó para un pesebre viviente y allí se disparó mi carrera artística, eso lo tengo anotado en mi currículum”, decía entre risas Moikishii.

Su preparación es todo un ritual y aquí la presentamos en esta secuencia fotográfica.